Recurrir a antiguos recetarios y tirar de memoria culinaria para crear una carta personal y dinámica que invite a volver al comensal al Club Financiero Génova donde la cocina y el detalle está a la altura de las vistas que ofrece.

 

Cuando pensamos en un club privado, posiblemente aparezcan enormes chimeneas, sofás de piel en torno a mesitas con copas de brandy y habitaciones con papel pintado y revestimientos de madera. Esta imagen de los clubes privados ingleses tiene más de doscientos años de antigüedad, y aunque se extendieron por Europa y aún hoy quedan algunos congelados en el tiempo, lo cierto es que este, como tantos conceptos de disfrute, ha evolucionado y en Madrid, Azotea Grupo y Familia La Ancha han traído un clásico de la capital hasta el siglo XXI a golpe de diseño y buena gastronomía.

El Club Financiero Génova es un punto de encuentro para socios y para quien quiere disfrutar de una mesa con vistas a la plaza Colón, el Museo de Cera, la Biblioteca Nacional y el siempre vibrante centro de Madrid.

 

La reapertura de este club traía consigo algunos cambios sustanciales, como que por primera vez en cincuenta años iba a abrirse al público general (además de a los socios, que tienen ciertas áreas reservadas) y que la gastronomía tenía que jugar un papel fundamental en su renovación.

Asumir su dirección y creación, junto a Azotea Grupo, ha sido, como en casi todo lo que hacemos en Familia La Ancha, un reto mayúsculo. Y no solo por la envergadura del proyecto, sino porque dar de comer en un lugar así no es igual que hacerlo en un restaurante a pie de calle. En palabras de Nino Redruello, “Este ha sido un proyecto ilusionante, ya que nos ha hecho plantearnos cómo es un club en España y cuáles son las diferencias respecto a un restaurante a pie de calle”.

 

La respuesta, como recoge Restauración News, estaba en crear “una carta amplia y dinámica, con el objetivo de no aburrir al comensal”, una carta apetecible y variada para que quienes vayan de manera esporádica, disfruten de una mesa a la altura de todo lo que hacemos en Familia La Ancha y quienes sean socios, puedan ir casi cada día a probar algo diferente o a repetir ese plato reconfortante que siempre agrada.

 

La carta la diseñamos inspirándonos en antiguos recetarios de donde han salido recetas como “la ensalada de San Isidro, que tiene su origen en una tradición según la cual los labradores lavaban las lechugas de la tierra en la fuente junto a la ermita de su patrón pidiendo un año de lluvias y luego preparaban sustanciosas ensaladas con ellas para disfrutarlas en la pradera”, el calamar de anzuelo “a lo Sochantre”, arroz al horno de pitu de Caleya o los garbanzos glaseados con ternera y cigalitas, entre muchos otros destacados por Restauración News.

 

Y si hablamos de raíces, tenemos que hablar de las nuestras. La comida tradicional de La Ancha es la base de todos nuestros restaurantes, la tenemos como faro y guía, por mucho que innovemos en conceptos como Fismuler o the Omar.
Al Club Financiero Génova hemos llevado algunos platos insignia como “las célebres croquetas de jamón o una versión de la famosa tortilla Velazqueña, con salsa de callos, jamón, trufa o caviar” y “la tarta de queso de Fismuler, con toques de queso azul y ahumado” como recoge Restauración News. El sello de Nino va ligado a todos estos platos.

 

Una amplísima bodega y una coctelería de autor redondean un concepto de club privado que quiere agasajar a socios y espontáneos, y esto también ha supuesto un reto para el diseño del espacio, que cuenta con nada menos que 2.800 metros cuadrados repartidos en dos plantas (entre zona de trabajo, comedores, dos barras, terraza y zona exclusiva para eventos).

“El hecho de que el Club abra también al público en general, ha requerido ser aún más fino a la hora de crear un diseño polivalente y accesible para todos”, declara Ignacio Redruello, responsable del proyecto de arquitectura del nuevo Club Financiero y de su nueva imagen junto con el estudio de Alejandra Pombo. El resultado, como su gastronomía, es fresco pero con muchos guiños que evocan el esplendor de los años pasados.

 

Puedes leer el artículo completo de Restauración News aquí.